Tan sólo pretendía
que mi voz te arropara
en tu lecho de sombras.
Solamente quería
compartir tu dolor,
y hacerte comprender
que esas lágrimas tuyas,
han encontrado un hueco
en el mar de mi alma.
¡Perdóname, mi amor,
pues no era mi intención
turbar la intimidad de tu tristeza!
© Carmen Aguirre
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